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“¿Has tenido la sensación de no saber si estás dormido o despierto?
Despierta Neo…
La Matrix
Cuestionar la realidad, el destino, el propósito de la vida. Hastío por lo que se vive a diario, mecanicismo existencial. El dilema de Ser o existir por existir. Ficción o realidad. Acción extrema o brutal estancamiento de la consciencia. Condicionamiento de masas inducido por un poder desconocido, oculto en lo profundo.
Este video no es para expresar una nueva cansona y aburrida Teoría de la Conspiración utilizando la bien conocida Metáfora de la Matrix. De hecho, si confirmar alguna es lo que te trajo aquí, deberías considerar seriamente quedarte. Lo que voy a decir no es algo que querrás aceptar tan fácilmente. Pero si decides quedarte, esta bien que lo hagas partiendo de algunas preguntas básicas.
¿Es posible que la realidad supere a la ficción y que un mundo regulado por máquinas desde hace siglos, quizás miles de años, sea el mundo en el que hemos vivido?
¿Es posible que no vivamos de verdad, que todo sea un sueño, un sueño del que es muy difícil, sino imposible, despertar?
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Para qué existimos?
René Descartes en sus “Meditaciones Metafísicas” se plantea la posibilidad de que todo cuanto percibe está condicionado e imagina que un “genio maligno”, con poderes ilimitados, intenta engañarlo y hacer que crea en una falsa realidad.
“Supondré que hay, pues, no un verdadero Dios, que es la soberana fuente de verdad, sino un cierto genio malvado, no menos astuto y engañador que poderoso, que ha empleado toda su industria en engañarme.
Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las cosas exteriores que vemos no son más que ilusiones y engaños de los que se sirve para sorprender mi credulidad.
Me consideraré a mí mismo como carente de manos, de ojos, de carne, de sangre, como carente de sentidos, pero creyendo falsamente tener todas estas cosas.
Permaneceré obstinadamente ligado a este pensamiento; y si, de este modo, no está en mi poder alcanzar el conocimiento de verdad alguna, al menos estará en mi poder suspender el juicio.
Por ello, evitaré cuidadosamente admitir en mi creencia ninguna falsedad, y prepararé tan bien a mi mente para todas las astucias de ese gran engañador que, por poderoso y astuto que sea, jamás podrá imponerme nada”.
Rene Descartes
Con esta idea, Descartes nos proporciona un ejercicio para cuestionar la realidad. El “genio maligno”, es una figura creada por él para ilustrar la idea de que todo lo que creemos saber podría ser falso y además, nos despierta la inquietud de analizar racionalmente todo lo que hasta ahora hemos considerado correcto y cierto.
Pero la pregunta no es si realmente existe un controlado y un controlador, eso es evidente y además demostrado. La pregunta es cómo es que este último controla al primero, y aunque en un video es imposible abordarlo a fondo, si que voy a darte datos suficientes como para que tú, por tus medios e inteligencia, emprendas esa aventura si así lo consideras necesario. Igual podríamos hacerlo juntos más adelante. Al final decidirás. Te vas o te quedas. Siempre es así.
“Les voy a mostrar un mundo sin ustedes, un mundo sin reglas y controles, sin fronteras y límites… un mundo donde todo es posible”.
Neo – La Matrix
No eres libre de elegir lo que te interesa y lo que no. Y no vives en una Simulación. Eres la simulación. Eres una máquina que controla a otras máquinas. Vivimos en un mundo de máquinas humanas que se condicionan mutuamente bajo un programa establecido. Esa es tu función dentro del Sistema. Lo que percibes del mundo y de ti mismo, es ficción y es realidad. Puedes sentirlo o intuirlo, percibir ese algo extraño en ti y en el ambiente social y cultural, pero no tienes el poder para cambiarlo aunque creas que sí. Vives en un mundo fantasía donde te crees capaz de ser y hacer lo que quieras, y ahí radica el poder que el Sistema tiene sobre tí. Crees que puedes hacer cuando en realidad, no es así. La seguridad de que puedes, de que cuando quieres puedes, de que lo que decides y haces, lo decides y haces porque quieres, es sólo una ilusión en tu mente. Tú nada puedes hacer, eres una máquina accionando bajo un plan establecido y el que creas que puedes, es parte del plan. Tus creencias configuran tu realidad y esa realidad ha sido creada en tu mente para someterte.
Aquí es donde dan ganas de tirar el video, de ponerle manita abajo, denunciar el canal por subversivo y buscar uno que diga lo que quieras oír.
Y es que a la mente no le agrada salir de las fronteras de lo que le da seguridad, le fascina el confort. En virtud de su condicionamiento, no le gusta aprender nada nuevo. Lo nuevo le asusta, le incomoda, le molesta, le cansa pensarlo, razonarlo, analizarlo, reflexionarlo. Por tanto, ante el desafío de aprender para hacer algo nuevo de verdad, se predispone a valorar como correcto sólo aquello que cabe o que tiene un margen de aceptación dentro de su Sistema de Creencias. Sólo acepta aquello que se mantenga dentro de su sesgo de confirmación.
En otras palabras, lo que te ha traído aquí no es el deseo de aprender algo nuevo, lo que buscas es confirmar tus creencias irracionales, confirmar lo que crees ya saber. Aunque no lo creas, los motivadores de la acción han sido instalados con anterioridad en tu mente. Algo o alguien controla tu deseo de conocer o aprender algo nuevo.
No eres libre de elegir estar aquí, pero puedes seguir creyendo que sí; las creencias configuran tu realidad y eso, es lo que le da sentido a tu vida.
Si crees que eliges da igual, alguien ya, eligió por tí. La elección es una ilusión creada en tu mente por los que tienen el poder.
Carlos Marx, en su teoría de la explotación, sostiene que la clase dominante explota a la clase trabajadora, haciendo suyo el valor creado por el trabajo de los trabajadores.
En la metáfora de la Matrix, las máquinas se valen de los humanos para ellas poder seguir existiendo, utilizan a la humanidad como una gigante batería que les dota de la energía que necesitan para continuar operando.
Mientras tanto, los humanos viven una realidad virtual, sus cuerpos duermen en unas cápsulas especiales mientras sueñan que viven, sufren, luchan, trabajan, logran, fracasan, aman, emprenden guerras, se aniquilan entre sí, tienen hijos, y mueren.
En la película, las máquinas tienen la suficiente inteligencia como para ser ellas las creadoras del Sistema. Pero en la realidad, las Máquinas somos nosotros. Máquinas que trabajamos para los intereses de alguien o algo más. Máquinas que sometemos, según los intereses del Creador del Sistema, a toda criatura que viene a la existencia.
Sí, los niños son esas criaturas encapsuladas en el campo de cultivo: la educación. En la casa, en la calle, en la escuela, en la televisión, la prensa, la internet, el Sistema lo abarca todo. La mente infantil, por naturaleza libre, curiosa, inquieta, rebelde, crítica, debe ser manejada, manipulada, moldeada según los intereses de un Arquitecto Programador. Éstos, todos, puesto que todos fuimos niños, se convierten en Esclavos del Sistema, en Máquinas Humanas, toda vez que las Máquinas Adultas les inyectamos los Programas de Operación.
Veámoslo así. En la medida en que crecemos y nos desenvolvemos en un mundo donde el adulto cree, sueña que manda, vamos perdiendo todo contacto genuino con nosotros mismos. Nos vamos alejando de la genuina experiencia de Significación de la Existencia, sustituyendo esa necesidad básica para la supervivencia y evolución humana con placebos: Comida ultraprocesada llena de aditivos químicos adictivos y vacía de nutrientes, bebidas ultra azucaradas, alcohol, drogas, sexo compulsivo, relaciones de dependencia mutua, prácticas espirituales o religiosas útiles para el sometimiento de la consciencia, mensajes salvadores venidos del infinito y más allá y entregados por hombrecitos verdes o blancos o rosas; avatares, mensajeros, gurús, guías, maestros ascendidos, superdotados ultramaxidespiertos y así, hasta el hartazgo, hasta las náuseas, el buffet da para atragantarnos las 24 horas del día y los 365 días del año, hasta el fin de nuestras efímeras existencias.
Si lo quieres ver de esta manera, vivimos en una cárcel. Una cárcel, que como explica Foucault, no podemos ver. Una cárcel invisible.
“Vivimos dentro de una cárcel que no podemos ver.
No hay barrotes ni paredes de hormigón, simplemente es la forma de plantear las normas, las pautas, las expectativas que nos asedian desde una vigilancia invisible. Nos controlan y nos dirigen la forma de pensar, la manera de sentir, la forma de hacer para ser aceptados.
El poder no se ejerce solo por medio de la represión; se ejerce también a través de la normalización. Las entidades y normas sociales, de las estructuras invisibles de la autoridad, configuran nuestras vidas y nuestras identidades.
Esto no ocurre solo a nivel del Estado o de figuras de autoridad. Se trata de las estructuras sociales, económicas y culturales que imponen normas y pautas que raras veces se cuestionan. Las grandes empresas, los medios de comunicación, las instituciones educativas y las instituciones tecnológicas definen lo que es normal o aceptable.
Lo que, es más, tal vez muchas veces no somos ni siquiera conscientes de ello. Nos hemos habituado a vivir dentro de esta cárcel invisible.
El poder es más potente cuando no es visto”.
Michel Foucault
Y si nos vamos entendiendo, despertar no es convertirse en un rebelde sin causa, o en un adicto a la comida o al sexo o a netflix o gaia.
Despertar no es aceptar y actuar según las instrucciones de un ser todopoderoso que lanza rayos a los que se portan mal y da éxito y abundancia a los que se portan bien. Como tampoco lo es, llegar a vivenciar las super-ultra-maxi-elevadísimas experiencias extrasensoriales venidas de ejercicios o prácticas de carácter mágico o esotérico o chamánico o lo que más maree o perturbe la mente. O alienarnos con la nueva corriente política de izquierdas o derechas, o de rojos o de blancos o… morados.
Sin afán de ofender lo digo. Pero igual puede que alguien se sienta aludido. No es mi intención contrariar a nadie, lo que hago es ejercer mi libertad, porque como dijo George Orwell:
“Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quieren oír”.
George Orwell
No somos libres de creer lo que creemos ni de darle valor a lo que valoramos. Desde niños nos ponen el menú que nos vamos a comer y nos lo comemos. El bien y el mal según lo que conviene al Sistema, a lo que manda o gobierna desde lo profundo.
Vivimos viendo sombras al fondo de la caverna, confundidos, desorientados, absortos, enajenados, alienados, y cuando volteamos o nos atrevemos a escapar para ver la luz, lo hacemos con gafas, gafas coloreadas, coloreadas con las creencias y valores que más convienen al Sistema.
En Matrix, Morfeo libera a Neo y a otros. En el mito griego, Morfeo es castigado por Zeus si éste se atreve a revelarle a los hombres algo contrario a sus intereses o correspondiente a los conocimientos, propósitos y actividades del Reino de los Dioses.
Morfeo es pues una metáfora. Él, bajo figuras humanas les transmite a los hombres experiencias y saberes que éstos consideran mensajes venidos de los Dioses para así tomar mejores decisiones y proceder de forma correcta.
Morfeo, cumpliendo con las órdenes de Zeus, hace que los seres humanos que buscan las respuestas a sus dudas existenciales, crean en su sueño vida, que están despertando. Morfeo, el Dios del Sueño, les hace soñar que viven lo milagroso cuando sólo los ha hecho pasar de un sueño a otro, de un costal a otro, de una jaula a otra, de una ideología a otra. Morfeo es pues, todo aquel que consciente o inconsientemente trabaja como agente del Sistema Esclavizador del Potencial Humano.
Y este es el verdadero absurdo de la vida, los que más despiertos se creen, son los que más dormidos están. Sueñan con su fabuloso despertar, pero no se dan cuenta, no lo reconocen y hasta se ofenden cuando alguien osa hacerles tan atrevida afirmación. Parafraseando a Sócrates, no sólo no saben, sino que no saben que no saben, ignoran que ignoran.
Soñar que se está despertando es el sueño más lindo de los buscadores del despertar. Y es que las ideas y portentosas prácticas conocidas y promovidas para despertar y que pululan en el ambiente cultural, son pieza vital del mismo Sistema Esclavizador del Potencial Humano. Esos portentosos ejercicios o acciones han sido desarrollados para hacernos creer que finalmente estamos escapando del Sistema. Que afiliados a ésta o aquella otra nueva y más elevada forma de pensar, sentir y actuar, ahora si ya comprendemos y vivimos como debe de vivirse y no como el tonto ese al que estamos criticando y con el que nos estamos comparando. Eso sí, disfrazando la ignorancia y grosería, con frases y poses piadosas dignas de recibir una parcelita en el paraíso.
Se pretende ingenuamente que se es libre del Sistema por haberse alineado a la nueva y mejor visión de la política y organización social, o de una nueva forma religiosa, o de la nueva, única e inigualable nunca antes vista forma de entender el único e inigualable verdadero sagrado libro inspirado por el mero mero y único Dios en el que yo creo, o del alegre descenso del ahora sí verdadero mesías o salvador, o de la última y ahora si verdadera encarnación divina, o del profeta-pastor-bendecido-elegido-iluminado-intermediario entre el de más arriba y los de más abajo o las drogas y el alcohol, o el sexo, o una pareja a la que controlar o de la que ser controlado. Al sistema le da igual, lo importante es tener a sus esclavos enajenados de su realidad.
El que así piensa, no se detiene a reflexionar en la posibilidad de estar equivocado. El que se cree eso tan descomunalmente fantástico, no se detiene a valorar la posibilidad de que sus creencias sean falsas o erróneas o inútiles. Si así lo hiciera, no solo dudaría de eso, sino que además, dudaría de sí mismo, es decir, de si él es el que cree que es y en consecuencia, de “todo” lo establecido.
Ese es el meollo del asunto. Las creencias son la seguridad de ir por el camino correcto, de estar tomando las decisiones correctas y han de defenderse con uñas y dientes. Y es que la peor de las esclavitudes es la de la mente. Porque como expresa Aldous Huxley “La víctima de la manipulación mental no sabe que lo es. Para él, los muros de su prisión son invisibles y se cree libre”.
Ésto que suena demasiado pesimista, no lo es. De hecho, la única posibilidad de escapar genuinamente del Sistema, radica en comprender esa realidad. De comprender que lo que se piensa, siente y hace, no se piensa, siente y hace desde lo real en sí mismo, sino desde la duplicación en sí mismo de un conjunto de instrucciones sistemáticas previamente definidas que se utilizan para realizar una determinada tarea o actividad; es decir, de un conjunto de instrucciones que están ordenadas y acotadas a manera de pasos a seguir para alcanzar el objetivo establecido por aquel, aquellos, o aquello que ha creado y controla un Sistema Esclavizador del Potencial Humano.
“¿Entonces cómo escapamos? Primero, entendiendo que estamos dentro. La libertad no es solo romper cadenas visibles, sino reconocer las invisibles que moldean nuestra forma de pensar y actuar”.
Michel Foucault
Pretender intentar escapar del Sistema por medio de un sistema elaborado por el mismo Sistema, resulta absurdo. Es imposible escapar del Sistema por los medios presentados, establecidos, difundidos y promovidos por el mismo Sistema.
“Tomas la píldora azul, la historia termina, te despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Tomas la píldora roja, te quedas en el País de las Maravillas, y te muestro lo profundo que llega el agujero del conejo”.
Morpheo – La Matrix
Tal como lo explica el mito, Morfeo podría rebelarse y conspirar contra Zeus. Morfeo podría correr el riesgo de informar a alguien todo cuanto sabe del verdadero propósito del Rey del Olimpo y detallarle los procesos de la inducción al sueño de la consciencia.
Por tanto, la metáfora representada por Morfeo y la Matrix es muy elocuente. La Píldora Azul y la Píldora Roja son el símbolo de una elección profunda y singular que podemos llegar enfrentar en la vida: la elección entre seguir viviendo en la ignorancia cómoda, entre seguir siendo un fiel esclavo del Sistema o despertar a la verdad más perturbadora que podemos llegar a descubrir.
Una verdad presentida por todos alguna vez. Difundida por muy largo tiempo por los amantes del conocimiento. Una verdad que sigue sonando extraña, absurda, increíble, imposible, demencial.
Y es que así lo dicta el Sistema, es así como debe sonarnos para rechazarla lo más inmediato y sin vacilación posibles.
Todas las formas de pensar, todas las formas de creer son defendidas con uñas y dientes por aquel que se las cree como la mejor y correcta forma de pensar.
¿Recuerdas? El que así piensa, no se detiene a reflexionar en la posibilidad de estar equivocado. El que se cree eso tan descomunalmente fantástico, no se detiene a valorar la posibilidad de que sus creencias sean falsas o erróneas o inútiles. Si así lo hiciera, no sólo dudaría de eso, sino que además, dudaría de sí mismo, es decir, de si él es el que cree que es y en consecuencia, de “todo” lo establecido.
“¿Alguna vez has tenido un sueño del que estabas completamente seguro de que era real? ¿Qué pasaría si no pudieras despertar de ese sueño? ¿Cómo sabrías la diferencia entre el mundo de los sueños y el mundo real?
Despierta, Neo…
La Matrix te posee…
Sigue al conejo blanco…
La respuesta esta ahí, te está buscando y te va a encontrar si así lo quieres”.
La Matrix